Relato de terror: "Una tarde de otoño"

 UNA TARDE DE OTOÑO

«Yendo una tardecita de paseo por las calles de la ciudad, vi en el suelo un objeto rojo; me bajé: era un sangriento y vivo corazón que recogí cuidadosamente».

Imagen realizada con IA en Canva


Ha dejado de llover: el cielo con sus nubes negras deja pasar unos rayos de luz.

Dispuesta para darme un paseo por una de las largas calles de la ciudad, al pasar por una de sus estrellas bocacalles, algo llamó mi atención: un objeto rojo que parece moverse. Con gran recelo me acerco pensando qué podrá ser. Me quedo sin respiración ante semejante hallazgo. ¡Un corazón! Está perdido, sangra, palpita.

¿Cómo se puede perder un corazón? ¿En qué pecho habrá dejado su vacío? ¿O, tal vez, ha sido arranado de cuajo dejando sus arterias colgantes sangrando, dejando un hermoso cuerpo maltrecho?

Lo cojo con mucho cuidado, sigue sangrando, sus gotas van manchando mi ropa.

¿Qué hago yo con un corazón en mis manos? ¿Qué puedo hacer con él?  Absorta en mis pensamientos, algo me dice: déjalo descansar, después haz lo que quieras con él. (Tal vez, alguien lo necesite).

Me encuentro entre un gran charo de sangre, sus arterias siguen sangrando, no puedo moverme. Quiero gritar y no puedo, me invade el vuelo de los murciélagos, que en su ir y venir chocan con el muro de la estrecha calleja, cada vez más oscura.

No encuentro su salida.

Autora: María P.

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