SALÍ DE PASEO…
«Yendo una tardecita de paseo por las calles de la
ciudad, vi en el suelo un objeto rojo; me bajé: era un sangriento y vivo
corazón que recogí cuidadosamente».
Imagen realizada con IA en Canva
Salí de paseo al campo, como muchas de las tardes de aquel
otoño. Ese día cogí un camino distinto por cambiar de ruta. Ya al atardecer, vi
una casa grande, me llamó la atención que era muy peculiar, tenía unos árboles
muy raros. Me acerqué y vi en cada una de las ramas colgada una cabeza. Al
principio, me parecían cabezas de muñecas, pero, al acercarme, vi que eran
cabezas humanas. Me asusté, entre en pánico, salí corriendo. Tras de mí oía
pasos cada vez más cercanos. Al mirar hacia atrás, vi un hombre vestido de
negro con un hacha. Yo corría y corría, no sabía dónde esconderme ni qué camino
coger. Al llegar a una vuelta del camino, me escondí tras unos arbustos y
maleza. Apenas podía respirar, tenía las manos heladas. De pronto vi que, de
frente, venía a alguien, parecía una mujer de mediana edad. El hombre con el
hacha se escondió y, al pasar la mujer, la siguió unos pasos y, de repente por
detrás, la cogió del cuello, sacó el hacha y le cortó la cabeza. Eso era un río
de sangre. Yo no daba crédito a lo que veía: el hombre cogió la cabeza, la
metió en un bolso, dejando el cuerpo de la mujer en medio del camino. Yo, en
pánico total, salí corriendo, quería volar… hasta que encontré un camino cerca
de la carretera. Al llegar a la carretera, intenté que parase algún coche. Tan
solo uno de ellos, en el que iba una mujer con su hijo, paró. Yo, con la voz
agitada y nerviosa, le conté lo ocurrido. Nos acercamos a la comisaría más
cercana. Allí me hicieron mil preguntas. En el coche de policía nos acercamos
al lugar de los hechos. Ellos se encargaron de detener al hombre.
Yo jamás volví a pasear por esos lugares.
Por Ana N.
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