COMIENZO DEL RELATO ENCADENADO 2 - CURSO DE LECTURA (TARDE)

 RELATO GANADOR DEL GRUPO DE LECTURA (TARDE)

Recuerdo la primera vez que fui detenida por robar y llevada ante el juez. A esta le siguieron algunas más. Si en una de estas me hubieran dejado contar los motivos reales por los que robaba, hoy mi historia la contaría de diferente manera y sin tanto sufrimiento.

¡Qué ilusa! Eso no funciona así, al menos en mi caso.

– Limítese a contestar lo que se le pregunta – dijo el juez. Seguramente, para él yo sería una simple ratera de la que se olvidaría una vez que terminara el juicio.

Mi nombre es Manuela, en aquel momento tenía dieciséis años y vivía en Bilbao.

Por desgracia, en ese momento pertenecía a ese grupo de personas que la sociedad acostumbra a poner etiquetas.

–Manuela, – continuó diciendo el juez ­– por los robos cometidos y repetidos en el tiempo, queda condenada a tres años de cárcel.

Seguramente, él no sabía que lo que veía como un castigo para mí no lo era tanto, al menos allí tendría para comer.

La experiencia en la cárcel tuvo días que se hicieron duros, pero siempre intenté sacar de cada uno algo positivo. Todavía conservo alguna amistad de aquel tiempo.

Soy la segunda de seis hermanos. Nuestros padres, Adolfo y Teresa, fallecieron en un accidente de tráfico cuando yo tenía ocho años; Adolfo, mi hermano mayor, recién cumplidos diez; María y Teresa, seis; José, cuatro; y el pequeño, Antonio, uno recién cumplido.

Nuestros tíos en ese momento decidieron repartirnos entre los familiares. Esos días fueron especialmente tristes. A la muerte de nuestros padres se sumaba la pena de no volver a estar juntos, reír juntos… Ya nunca tendríamos el cariño y los cuidados que nuestros padres siempre nos daban, ni siquiera viviríamos en la misma ciudad.

De mis hermanos Adolfo y las mellizas nunca más supe. De los demás, lo último que sé es que a José se le vio pidiendo en una calle de Barcelona.

–Algún día contaré a mis hijos con todo detalle lo que ha sido mi vida hasta hoy– solía yo pensar. Creo que ha llegado el momento.

M.ª Sol