NOCHE OSCURA EN EL BOSQUE
Los días del mes de octubre corrían entre sol y nubes.
Se acercaba la noche de Halloween y me disponía a preparar la cabaña de madera en pleno bosque. Las noches eran cada vez más frías, la oscuridad y el silencio hacían del bosque un escenario misterioso.
La leñera cercana a la cabaña, acogedor refugio para ratones, manifestaba extraños sonidos con el crujir de la madera. En ella me encontraba haciendo acopio de leña para calentar el hogar, solo una luz de linterna me ayudaba a ver en una gran oscuridad. De pronto, empecé a sentir una rara sensación en mí. Algo extraño había y observada me sentía. Alguien hacía notar su presencia de un modo tétrico.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo me paralicé. No me atrevía a dar un paso ni a alumbrar con mi linterna más allá de donde me encontraba. Las hojas en el suelo crujían y el viento silbaba con notas de terror, parecía ser cómplice de aquella escena de pavor.
Decidí poco a poco dar pasos hacia la cabaña, adentrarme en ella, pero según caminaba, más evidente era la presencia.
Un susurro con tono grave escuché cerca de mí, un suspiro profundo de lamento y enfado al mismo tiempo. ¡Uffff! Muy difícil de describir...
Ahora sí, corrí, quería huir. Me entró pánico y el miedo me invadió, pero llegué. ¡Ufff!
Cerré la puerta deprisa y todo en la cabaña tembló.
Nunca supe qué acechaba en el bosque aquella noche de Halloween.
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